Obra para Órgano - Manuel Castillo (1930-2005)



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DS-0151
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Obra para Órgano - Manuel Castillo (1930-2005)
Manuel Castillo (1930-2005)


José E. Ayarra, órgano


CD 1

 

1.- Fantasía para un libro de órgano (1972) 5’15

 

2.- Elevación (1957) 2’48

 

3.- Diferencias para órgano sobre un tema de Manuel de Falla (1976) 9’29

 

4.- Hi Accipient. Fantasía sobre un tema gregoriano (1960) 6’47

 

5.- Cuatro Cuadros de Murillo (1982)

I. Anunciación 3’37

II. Niño Jesús 3’01

III. Virgen con el Niño (Diferencias) 5’55

IV. Adoración de los pastores 3’29

 

6.- Suite para órgano (1956)

I. Lento, ma non troppo 3’13

II. Allegretto- Scherzando 4’23

III. Largo 2’02

IV. Solemne

 

CD 2

 

1.- Modo Antiquo (1994)

I. Preludio 2’10

II. Recitativo 1’55

III. Tiento 1’26

IV. Fantasía 3’41

 

2.- Preludio, Tiento y Chacona (1972)

I. Preludio 3’17

II. Tiento 4’18

III. Chacona 4’21

 

3.- Variaciones sobre un tema de Almandoz (1990) 14’58

 

4.- Sinfonía para Órgano (1991)

I. Moderato 7’51

II. Allegretto 3’45

III. Intermezzo 4’39

IV. Finale 7’52

3’5

 

CD 3

 

1.- Retablos de los Venerables - Ocho Meditaciones para Órgano (1993)

I. Inmaculada 2’14

II. San José 2’36

III. Santa Rita 1’50

IV. Oración en el Huerto 3’27

V. San Jerónimo

VI. La Concepción

VII. Crucificado

VIII. Última Cena

 

2.- Concierto Sacro Hispalense para Órgano, Metales y Timbales (1997)

I. Tota Pulchra

II. Ave María

III. Veni Creator

 

Grabación realizada en los órganos del Coro de la Catedral de Sevilla, excepto 'Modo Antiquo', grabada en el órgano la Epístola (Francisco Rodríguez, 1802) de la Iglesia de San Juan de Marchena (Sevilla).


Acerca del disco

Ha sido el compositor Tomás Marco, muy vinculado a Manuel Castillo y buen conocedor de su obra, quien -hablando del músico sevillano- lo define como “el compositor español de su generación que con mayor asiduidad, y también con mayor calidad, se ha acercado al mundo del órgano”. (“Manuel Castillo, transvanguardia y postmodernidad”, Málaga 2003, pág.74). Y añade Marco con absoluta rotundidad que en una generación de músicos ilustres como Cristóbal Halffter, Luis de Pablo, Carmelo Bernaola, el propio Tomás Marco, Antón García Abril, etc.,–“Es rigurosamente cierto” dice él- que nadie ha escrito para órgano como Castillo.

Entre 1956 y 1982 Manuel Castillo escribió seis composiciones para órgano. Todas llevan su sello personal: claridad de ideas y riqueza de ritmos; formas clásicas con un lenguaje moderno; dominio de la variación y del colorismo sonoro; cromatismos y armonías atrevidas; adecuación perfecta de las voces a las exigencias técnicas del instrumento; y –sobre todo en las primeras obras- una incuestionable influencia francesa, más concretamente en la línea post-romántica de un Charles Tournemire y sus discípulos Maurice Duruflé y Jean Langlais, tanto por la delicadeza de sus temas y la naturalidad de su tratamiento armónico como por su evidente pasión por el canto gregoriano y su ritmo libre; casi omnipresente y siempre arropado por una armonización absolutamente tonal y cromática, legalmente incompatible con su naturaleza modal, pero siempre cristalina y refinada, poética y hasta mística. Sin embargo, en ninguna de esas obras se encuentra una referencia clara y precisa de la música sevillana de los siglos XVI ó XVII, aunque nos consta de su gran conocimiento y admiración por la misma.

Hemos de esperar hasta 1982 para que en el escenario musical de Castillo haga su entrada, y de manera espectacular, el organista Francisco Correa de Arauxo. No se trata de una composición para órgano, sino para orquesta de cámara. Se celebra el IV Centenario de la muerte del pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo, y Castillo le dedica sus “Cuatro cuadros de Murillo”. Y para ambientar musicalmente esos cuadros, Castillo recurre a Correa de Arauxo, sevillano como el pintor y coetáneo suyo, aunque en edad sea treinta y tres años mayor el organista. A partir de ese momento, serán varias las referencias a Correa que encontraremos en la obra de Castillo.

Ese año de 1982 termino yo un estudio biográfico sobre Fco. Correa de Arauxo, en el que vengo trabajando más de diez años, con la intención de publicarlo antes de que se cumpla el IV Centenario de su nacimiento, dos años más tarde, en 1984. Es para mí un motivo de satisfacción personal el saber que la lectura de ese trabajo fue un estímulo más para que Manuel Castillo se adentrase con mayor interés en el estudio de la obra de Correa, y que incluyese algunos de sus materiales sonoros en su propia producción posterior.